Si existiera un poema triste
Empezaría con tu nombre, con el sello de tus labios y tus dedos, con el respirar entrecortado de tus silencios, con tu mano en señal de despedida, con la mirada liquida y perdida, con el cerrar de una puerta, con las comas en las calles, los puntos en las esquinas.
Si existiera un poema triste, seria un punto final y no la hazaña de tu partida.
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