Como te extraño, tus libertades, tu forma tan tuya de hacer la noche, tus plazas tus jardines tus bares, como te extraño ciudad de huérfano soltero y sin obligaciones,

Muy bien, pues te contare la historia de aquella princesa que vivía en mis cuentos.

Ahora no se muy bien en donde se aloja pues de la ultima que fue mencionada en líneas ya han pasado algunos muchos y buenos años, comencemos por el inicio por donde toda buena historia comienza. 

No era primera vez que me encontraba atrapado en un mal argumento, muchas veces he tenido que obligarme a cerrar el pico y para ponerle fin a todo lo absurdo 

Melancolía en lunes.

Hacia tiempo que no te visito, que he dejado la pluma, los cuadernos, los cuentos y las historias para otro momento, que me duermo temprano y que temo a la noche y a los secretos que guarda,
recuerdas  que en un tiempo nos veíamos mas en obscuros y sepias, que la cobija era tu espalda y tus oidos el lienzo en el que yo pintaba.